jueves, 22 de enero de 2015

CENPAT fabrica y diseña los instrumentos que necesitan los investigadores del CONICET

El servicio de electrónica fabrica y diseña los instrumentos que necesitan los investigadores a la hora de realizar tareas de lo más diversas.


Transmisores para monitoreo de aves, registradores de datos que se colocan en elefantes marinos, monitores de frecuencia cardíaca, medición y control de temperatura e iluminación en cámaras de cultivo, computadora para la adquisición de datos de GPS y sistemas de información meteorológica son sólo algunos de los desarrollos que han sido diseñados por especialistas en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET).

En la oficina de Jorge Dignani, profesional principal del CONICET, hay placas, plaquetas, pilas y baterías; transmisores; controles remotos; termómetros y sensores. Junto a su grupo son los encargados del Servicio Centralizado de Electrónica (SECELEC) del Centro. “Realizamos el mantenimiento de algunos instrumentales científicos y desarrollo de equipos a pedido y al servicio de la investigación”, explica.

Si bien el SECELEC ha diseñado instrumentos para diferentes usos, su especialidad son los registradores de datos.

“¿Cómo hace el investigador para estudiar el comportamiento de un elefante marino cuándo está debajo del agua y fuera de su vista?”, pregunta Dignani y responde, “fabricamos instrumentos que registran entre otras cosas el movimiento del animal, la temperatura del agua y la bioluminiscencia”.

Detalla además que en el Servicio que dirige se diseñan dos tipos de registradores: de tiempo y de evento. El primero recoge datos de forma intermitente. Por ejemplo, cada 15 segundos mide la temperatura del agua. Los segundos se activan a partir de determinado suceso. “Hicimos un aparato que se encendía y medía cada vez que un ave llegaba a su nido”, agrega.

Dignani trabaja en el CENPAT desde hace más de treinta años. Ingresó para instalar la primera computadora en el centro de cómputos en el año 1983. Luego se abrió el servicio de electrónica, donde no solamente se encargaba del mantenimiento sino que empezaron a realizar proyectos para el desarrollo de instrumentos al servicio de la investigación. Puede además dar cuenta de los cambios tecnológicos que se han sucedido a lo largo del tiempo.

“La forma de medir era diferente. Los registros quedaban grabados en papel y alguien los tenía que cargar luego a una computadora. Los primeros instrumentos para medición eran mecánicos. No existían ni las memorias, ni los microcontroladores. Ahora todo puede guardarse en un chip”, explica.

El avance científico y tecnológico permite a los integrantes del SECELEC desarrollar instrumentos adaptados a las necesidades del investigador y de menor tamaño y costo.

Fernando Dellatorre es investigador asistente del CONICET en el CENPAT y forma parte de un equipo de investigación que actualmente estudia la dinámica costera mediante el análisis de las variaciones de temperatura de la columna de agua asociado a las principales forzantes de la corriente: el viento y la marea.

“Buscamos tener un registro a largo plazo y uno de los instrumentos que utilizamos fue construido en el SECELEC. Nos permite medir la temperatura del agua con precisión y guardar la información en una memoria interna. En nuestro caso configuramos los equipos para que registren cada 10 minutos. Con estos parámetros se pueden almacenar datos en la memoria durante unos 6 meses y al finalizar el período de muestreo, se descargan a una computadora, se borran de la memoria interna y el equipo está listo para seguir midiendo”, explica Dellatorre.

Fuente: CONICET