lunes, 17 de agosto de 2015

Ya funciona en la UNLP la primera Planta Piloto de Tratamiento de Pilas

Al término de su vida útil, las pilas son consideradas residuos peligrosos. Al ser desechadas junto con la basura doméstica, ocasionan graves daños a la salud y al medio ambiente debido a los materiales químicos que contienen. 


La Universidad Nacional de La Plata cuenta con la primera, y única en el país, Planta Piloto de Tratamiento de Pilas. Allí, las pilas son sometidas a un proceso mediante el cual los metales recuperados pueden ser reinsertados en la industria para su uso.

A escasos kilómetros del centro de la ciudad, en la localidad de Gonnet, PLAPIMU-LASEISIC (Planta Piloto Multipropósito y Laboratorio de Servicios a la Industria y al Sistema Científico) es un centro de investigación y desarrollo de diferentes proyectos perteneciente a la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP y a la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) de la provincia de Buenos Aires.

“La planta fue concebida, diseñada e instalada con un método simple, económico y absolutamente sustentable”, destaca a Argentina Investiga el doctor en química, Horacio Thomas, a cargo de la Planta y director del laboratorio. Y agrega: “La idea fue desarrollar un proceso que permitiera recuperar los metales presentes en las pilas agotadas y lograr un doble propósito, por un lado, evitar la contaminación de suelos y aguas subterráneas, y por otro, recuperar los metales para su reutilización, disminuyendo la explotación minera y la contaminación en su producción”.

“La disposición final de las pilas agotadas constituye un problema ambiental serio, tanto por su magnitud, como por la escasez de alternativas viables, desde el punto de vista ambiental, social o económico”, remarca Thomas.

Ya en los basureros, y con el paso del tiempo, las pilas pierden las carcasas y sufren corrosión debido a la acción climática y los procesos de fermentación de la basura. En esta etapa, los compuestos tóxicos liberados se filtran y contaminan el suelo y el agua. Además, a veces terminan siendo quemadas, lo que ocasiona un aumento de la contaminación ya que genera sustancias muy peligrosas y cancerígenas como las dioxinas y los furanos.

El proceso de reciclado 

El primer paso es la clasificación por tamaño de las pilas alcalinas agotadas: chicas (AAA), medianas (AA), grandes (C) y más grandes (D). La Planta no procesa pilas reciclables.

Mediante un método artesanal, se corta la carcasa de hierro que recubre a las pilas. Una vez abiertas se recuperan los diferentes componentes: cobertura de acero, algo de papel, el barro interno (debido a que tiene una gran cantidad de carbón), y los metales que se reutilizan como el zinc y el manganeso.

Una vez separados, se tratan en una solución de ácido sulfúrico generada por un proceso biotecnológico. Cabe aclarar que en la industria, el método de generación de ácido sulfúrico es contaminante pero “logramos obtenerlo utilizando unos biorreactores de producción biológica”, destacó el doctor en química.

Thomas detalló: “Para evitar contaminaciones se eligió un método biotecnológico para la obtención del ácido sulfúrico por oxidación de azufre elemental con bacterias. Consta de un biorreactor en donde crecen las bacterias mineras (Acidithitiobacillus Thiooxidans) que producen el medio ácido para extraer los metales de las pilas, proceso que se realiza en un segundo reactor tipo tanque agitado, llamado reactor de lixiviación. Luego el lixiviado obtenido se filtra y se pasa a un tercer reactor que es donde se realiza la separación y recuperación de los metales presentes mediante distintos métodos”.

La producción microbiológicamente catalizada de ácido sulfúrico tiene ventajas sobre el empleo de ácido comercial porque es ambientalmente amigable, trabaja a temperatura ambiente y presión normal, utiliza cantidades mínimas de agua, produce ácido a la concentración adecuada para su uso, evitando el transporte de sustancias peligrosas.

Finalmente, el proceso logra separar por precipitación los distintos componentes que pueden reutilizarse y se obtiene finalmente óxido de manganeso y carbonato de zinc. El primero puede utilizarse para fabricar acero y el segundo es aplicado en la industria alimenticia, farmacéutica, naval y hasta en la construcción.

Los metales recuperados pueden ser reinsertados en la industria para su uso. De esta manera se transforma un residuo tóxico en algo aprovechable de diversas maneras.

PLA.PI.MU

Ubicada en Camino Centenario y 506, la Planta Piloto Multipropósito tiene una capacidad para reciclar 80 kilos de pilas por mes. Eso es equivalente al consumo de pilas de una población de unos 8.000 habitantes. Cabe destacar que PLA.PI.MU no es un centro de acopio de pilas, es un laboratorio de investigación y desarrollo que tiene por finalidad el cuidado del medio ambiente.